El entrenamiento de puesta a punto (Taper en inglés) es la reducción de la carga de entrenamiento durante un periodo de tiempo, con el objetivo de reducir la fatiga fisiológica y psicológica producida por el entrenamiento sin perder las adaptaciones fisiológicas obtenidas a fin de optimizar el rendimiento competitivo.

El entrenamiento de puesta a punto se realiza en los días previos a una competición importante y puede durar de 7 a 21 días, si bien en general hay consenso entre los entrenadores y atletas sobre su importancia, la duración óptima de este período y el tipo de reducción y composición de la carga de entrenamiento es un tema de discusión.

Varios estudios demuestran la importancia de la planificación de la carga y sus componentes de entrenamiento (volumen, intensidad, frecuencia...) durante el periodo de puesta a punto, consiguiendo mejoras del rendimiento de hasta un 5%, según las estrategias planteadas.

Especialmente interesantes son los trabajos de Banister EW, Carter JB, Zarkadas PC
Modelling the effect of taper on performance, maximal oxygen uptake, and the anaerobic threshold in endurance triathletes y Training theory and taper: validation in triathlon athletes.

Por ejemplo con 10 días de taper en triatletas entrenados, muestran la mayor eficacia de estrategias bajo volumen-alta intensidad que de estrategias baja intensidad-volumen medio, en las que hay una reducción lineal del volumen.

Ganancias de un 4% en un test máximo de carrera de 5km y de 5,4% en la potencia máxima en una prueba progresiva en el cicloergómetro con la estrategia bajo volumen-alta intensidad.
Las ganancias con la estrategia baja intensidad-volumen medio fueron menores: 1,2% y 1,5% respectivamente.

La aplicación del Modelo Impulso Respuesta permite una planificación individualizada de los períodos al considerar la evolución temporal de los procesos de adaptación y fatiga propios del atleta, si consideramos el efecto relativo que tiene una misma carga de entrenamiento en función de cuantos días antes de la competencia es realizada observaremos la denominada “curva de efecto”:



Podemos ver que la curva es razonablemente plana hasta unos 2 a 3 meses previo a la competencia objetivo, este período sería lo que habitualmente se denomina período de “base” o preparación general.

Si vemos en forma mas detallada lo que ocurre en estos últimos 2 a 3 meses vemos que la curva de efecto crece rápidamente hasta faltando unas 3 semanas para la fecha objetivo, este es el período donde los entrenamientos tienen el mayor efecto sobre el rendimiento el día de la carrera y habitualmente se dedica a la preparación especial para la competencia, es decir en este período se realizan los entrenamientos mas específicos.


En las últimas tres semanas la curva de efecto se estabiliza y luego cae muy rápidamente volviéndose negativa faltando 4 a 6 días para la competencia, esto quiere decir que en estos últimos días el efecto agudo (fatiga) supera al efecto crónico (adaptación) inducido por los estímulos de entrenamiento, este período es donde es conveniente que tenga lugar la puesta a punto, taper o descarga pre-competitiva.

Las curvas usadas en este ejemplo fueron realizadas con el software The RaceDay Performance Predictor y corresponden a un “caso típico” con una constante de tiempo de adaptación de 42 días y de fatiga de 7 días, el momento en que la curva comienza a crecer, llega a su pico y se vuelve negativa varía en función de estos parámetros, especialmente en función de la constante de tiempo de fatiga, que es indicativa de la capacidad de recuperación del atleta.

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